He decidido despedirme del Blog en varias entregas, centrándome en el Proyecto, en Belfast y en experiencia general.
Hoy le ha tocado el turno al proyecto.
Me acuerdo que llegué a la guardería en mi primer día de trabajo allá por el 10 de Mayo de 2012.
Era un manojo de nervios y estaba...asustado, para qué nos vamos a engañar.
Tenía ante mí lo que iba a ser mi lugar de trabajo durante un año. Con niños. En inglés. Sólo.
Pero la primera impresión no pudo ser mejor y todas esas buenas vibraciones y expectativas sin duda se cumplieron.
Sinceramente pensaba que no iba a poder aportar mucho al proyecto.
Sí, quitar trabajo a los que realmente tiene el mayor peso de proyecto.
Haciendo las tareas que ya había leído en la descripción del puesto: preparar el snack para los peques, ir a recogerlos al colegio, jugar con ellos, ayudarles con los deberes...
Así empezó todo, pero a lo largo de los meses se fueron añadiendo más tareas y responsabilidades. Quizás no muy propias de un voluntario pero sinceramente yo también las estuve demandando.
Por la mañana los pre-escolares y por las tardes el post-colegio. Parecía sencillo.
Lo que nadie te dice y que está fuera de tu "contrato".
Hablo de la implicación personal, física y mental que se da cuando realizas trabajos de ámbito social y más aún con niños con unas necesidades muy especiales.
Mi mentalidad siempre ha sido muy del día a día. Pequeñas cosas.
Pero no te das cuenta que muchas pequeñas cosas se puede convertir en algo grande, al menos bajo los ojos de un "simple" voluntario.
Pequeños gestos como inculcar dar las gracias, pedir algo "por favor", ayudar con los deberes o el siempre hecho de jugar puede (y tiene) consecuencias enormes en la vida de un niño.
El resultado, os lo puedo asegurar, es sorprendente.
Especialmente en mi última semana de trabajo me dí cuenta lo que había conseguido.
Y es algo mucho más que gratificante.
Ver como niños que durante meses no te hablaban y que ahora vienen como locos para que les agarre de la mano cuando vamos por la calle, o para que sea yo el que les ayude con los deberes, o cuando recojo sus platos al terminar su snack, unos tras otro me das las gracias...
He hecho algo. Hay resultados
Tras un año desempleado en Madrid, queriendo trabajar, queriendo sentir que hago algo útil...llega la oportunidad de ser voluntario en Europa y funciona.
Vaya que si funciona.
He conocido y trabajado con gente increíble, desde mi jefa, mis compañeros de trabajo hasta los niños.
Niños que, aunque les voy a perder la pista, me encantaría ver qué ha sido de sus vidas dentro de 10 años desde un rincón, escondido sin que me vean.
Muchos se habrán quedado en la calle, otros quizás terminen el colegio pero no vuelvan a tocar un libro nunca, pero otros llegarán a algo.
Trabajando día a día con ellos, viendo cómo cambian de idioma entre Inglés, Rumano, Romaní, e incluso español en una conversación en un minuto, con una percepción de lo que pasa en mundo extraordinaria... te das cuenta de que hay algo detrás de su vida basada en la pobreza y en la falta de oportunidades.
Trabajando día a día con ellos, viendo cómo cambian de idioma entre Inglés, Rumano, Romaní, e incluso español en una conversación en un minuto, con una percepción de lo que pasa en mundo extraordinaria... te das cuenta de que hay algo detrás de su vida basada en la pobreza y en la falta de oportunidades.
Con que uno lo consiga me doy 100% satisfecho.
Ha sido sin duda una experiencia inolvidable.
Nunca me olvidaré de sus nombres.
De sus caras.
De sus miradas.
Me gusta muchísimo todo lo que dices, Gonza. ! Que satisfacción personal !. Cuánto has dado y cuánto has recibido. Todo el mundo debería hacer algo así al menos una vez en la vida. Ayudar a los demás es maravilloso. Te enriquece como ser humano y te hace mejor persona.
ResponderEliminarEstate contento hijo y muy satisfecho de lo que has conseguido y continua esa labor aquí en tu país, en tu ciudad, en tu casa, con tu familia, con tus amigos..... Mucho ánimo. Te esperamos con mucha ilusión. Un beso enorme. Mamá