La verdad es que lo que voy a contar ahora no ha sido una experiencia agradable en este año en Belfast, pero creo que debo contarla, a modo de diario, de vía de escape y también para olvidarla (o intentarlo).
Intentaré ser lo más objetivo posible, aunque me va a ser dificil. De hecho creo que no lo voy a ser.
EL Lunes 12 de Noviembre tuve un accidente. Un coche me atropelló cuando iba en bicicleta.
Lo primero y lo más importante es que estoy bien, no me pasó nada. Pero lo que pasó despues...lo dicho, es digno de contar.
Me remonto a los minutos antes del accidente. Salía como cada Lunes sobre las 19 de la tarde de mi sesión en el gimnasio y me dirigía a casa. Iba, como siempre perfectamente iluminado y con las precauciones necesarias para montar en bici, conduciendo despacio y sin prisa.
En el camino de dicha ruta me paré en la zona peatonal en un cruce entre una calle principal, Ormeau Road, y otra perpendicular que termina en dicha calle principal, llamada Ava Avenue.
Paré justo en el borde entre la acera y la calzada. Un coche salía de Ava para incorporarse a Ormeau, por lo que que esperé a que lo hiciera, y cuando lo hizo miré a un lado y a otro y me decidí a cruzar.
Ya estaba en medio de la calle (no tendrá más de 4 metros de ancho) cuando un coche giró bastante rápido, incorporándose desde Ormeau a Ava.
Me atropelló.
De forma milagrosa pude saltar y caí al suelo de cuclillas, por lo que no me pasó nada. Pero mi bicicleta se quedó debajo del coche, en la zona del guardabarros delantero.
Estaba en estado de shock, no me podía creer que no me hubiera pasado nada.
La conductora bajó del coche y me preguntó si estaba bien. Le dije que si....y aquí empieza lo bueno. Lo primero que le digo: Lo siento. ha sido culpa de ambos. Yo no la ví ni usted a mí por el coche que salió anteriormente.
Evidentemente ni sabía lo que decía, la culpa era claramente de la señora, pero en esos momentos nunca sabes qué decir.
A todo esto justo en ese momento estaban en la calle unos amigos voluntarios que vieron lo que pasó, y con su ayuda y la de otras señoras que también pasaron conseguimos convencer a la señora para que me diera su teléfono para acordar una cita para que me pagara el arreglo de la bicicleta. También cogí el número de la matrícula por si acaso. Me dijo que se llamaba Ann Hope. Subió al coche y se marchó.
Aquí otro error, no llamé a la policía. SIEMPRE hay que hacerlo.
Con un susto tremendo encima, volví a casa, dormí como los mismos demonios y al día siguiente fui a ver a mi tutora, responsable de mi como coordinadora de voluntarios, pagada para hacer su trabajo por la UE, pidiéndole consejo. No sabía que hacer, pero le expliqué lo que sucedió. Lo único que me dijo fue que no tenía claro de quién fue la culpa, y que si quería que fuera a la policia en la calle tal numero tal, y que hablara con la señora.
Yo ya empecé a quedarme a cuadros. Lo primero por que dudara de mi inocencia, y después por dejarme solo en este tema, en un país que no es el mio, con leyes diferentes y con un idioma que no es mi lengua materna.
Aún así fui a la policía, y me hicieron poco caso o nada. Principalmente porque las leyes de UK en estos casos si no hay daños personales no investigan nada. Me dijeron que llegara a un acuerdo verbal con la señora Ann Hope. Pero ni me tomaron datos, ni DNI, ni nombre. Nada.
Horas mas tarde consigo hablar con la señora y concertamos una cita en la tienda de bicis al lado de mi casa para el día siguiente.
Le conté a mi tutora mis intenciones, y lo único que me dijo es "Buena suerte"".
Me presenté en la tienda con una amiga para que me ayudara a la "negociación", y Ann estaba realmente nerviosa, y no paraba de justificar lo que pasó. En la tienda nos dieron un presupuesto, bastante caro, por lo que Ann me preguntó, sin más, cuánto me costó mi bicicleta. Otro signo de mi inteligencia, dije 70 Libras, solo 5 Libras más de lo que en realidad me costó. Realmente no sabía a dónde quería dirigirse, pero lo entendí segundos más tarde. Me dijo, Te pagaré la mitad, 35 Libras.
Me negué rotundamente y dije que tenía que llamar a mi tutora porque ella es la que me tenía que asesorar en estos temas.
Mi tutora me dijo que los aceptara. Yo pedí y rogué que me diera otra opción, que aceptar sólo la mitad es casi exculparla y darle la razón. Tras una series de propuestas absurdas me dijo que lo mejor era coger esas 35 Libras. Y con total desgana lo hice. Pero por supuesto le dije que aunque las aceptaba esto iba a recaer en su conciencia.
Al día siguiente, Jueves, fui a la tienda de segunda mano donde compré la bicicleta porque sabía que era infinitamente más barata que la tienda a la que había ido con Ann, y efectivamente lo era. el arreglo me costó 40 Libras, solo puse de mi bolsillo 5. (Como habréis deducido éste no es un tema de dinero, es un tema de si alguien atropella a otra persona tiene que asumir las consecuencias de sus actos y ser justo).
Pero la historia no acaba aquí, porque éste mismo día Ann se pone en contacto con mi tutora (en la tienda no paraba de preguntarme sobre mi vida, y yo le dije muy poco, no le importaba un bledo, y se lo dije, pero se me escapó que era voluntario y escuchó por teléfono el nombre de mi tutora.)
Recibo por la tarde un email donde mi tutora y Ann me contaban que habían tenido una brillante idea: Como Ann trabaja en una tienda de Caridad, que dicha tienda, con dinero de donaciones particulares, me pague los 35 Libras restantes, o mejor aún, que cuente mi historia por Internet para que alguien de forma altruísta me regale una bici, y por supuesto le devuelva las 35 Libras para ingresarlo en su tienda.
Yo no daba crédito. No sólo la señora se había vuelto loca queriendo "limpiar" su conciencia, sino que mi tutora, la que me debía apoyar en todo, se había posicionado en el lado de la culpable, convitiendola ahora en la víctima y yo en una mala persona por no donar dinero en su tienda.
Por supuesto contesté a dicho mail dejando clara mi posición, aclarando que este tema no trata de voluntariado, donaciones y otras historias. Es de una señora que se llama Ann Hope que me atropelló y me podía haber causado daños muy graves, y que no ha querido asumir su culpa, y de una tutora que en ningún momento me apoyó, en ninguno de los sentidos posibles.
Como veis es totalmente surrealista. No tiene ningún sentido.
Pero quiero terminar como empecé, que gracias a Dios estoy bien, que ésto se va a quedar en una anécdota, y que yo, como siempre, miro al futuro. Y nadie ni nada me va a amargar éste increíble año en ésta mi aventura titánica.