Hace un montón de tiempo que no os cuento nada del proyecto, de cómo va y sobre todo cómo están mis peques.
En nada voy a cumplir los 9 meses en Belfast, y de verdad que no os imagináis el cambio tan brutal que ha habido en los niños.
La mayoría de ellos, como bien os he contado en otros post, vienen a nuestro centro totalmente asalvajados, sin ninguna experiencia en el "mundo civilizado", con un nivel de pobreza en algún caso extremo, sin hablar ni pizca de inglés....
Pero para eso estamos nosotros, para introducirles en la sociedad. Porque o estás en ella o literalmente te mueres de hambre.
Os voy a poner el caso de dos niños.
Uno de ellos ya os hable anteriormente. Como no me gusta decir sus nombre en Internet (ni me gusta ni me está permitido), le voy a llamar Juan.
Juan, cuando llegué al centro era un niño super solitario. Nunca jugaba con los demás niños, absolutamente tímido. Tiene unos 6 años, y vive en un barrio un poco apartado, no convive con la comunidad roma.
Su nivel de inglés era nulo. Y su apatía hacia nosotros enorme. Sólo tenía un par de dientes en la boca, por lo que los niños se reían de él.
Pero algo tenía. Yo lo veía en sus ojos cada vez que le miraba. Ojos que transmitían una inmensa ternura y que pedía a gritos ser ayudado pero sobre todo querido. Y no estoy diciendo que sus padres no le quieran, le adoran, pero nos necesitaba de forma inminente.
Voy a saltar 9 meses.
Juan hoy habla más que bien ingles (incluso dices expresiones tipo "oh my godness"- Oh Dios mio...que tantas veces me la ha oído decir), es super cariñoso, juega con todos los niños, es inteligente, hace sus deberes a la perfección. Juan da las gracias, se lavas las manos antes de comer y ordena como el que más cuando hay que hacerlo....si lo vierais solo querrías comeroslo, de verdad!
Ahora el caso de otro de los niños. A éste le voy a llamar Pedro.
Pedro, cuando llegué yo, estaba en el grupo de por la mañana, preescolar. Su nivel de inglés era nulo, y como los demás niños estaba totalmente asalvajado. Sin reglas, sin normas. No sabía leer y prácticamente no mediaba palabra. Pero ya se le veía un niño absolutamente brillante. Cuando jugaba con los coches no se dedicaba a tiralos por ahí sin sentido, como cualquier otro niño haría, él los ordenaba. Los ponía en fila, uno detrás de otro, según color, tamaño....Era pura ciencia!
Voy a saltar de nuevo 9 meses
Pedro ya está en el grupo de por la tarde, gracias al trabajo que hicimos con él por las mañanas, ya puede ir al colegio. Hoy sabe leer, y su nivel de inglés no es gran cosa, pero puedes mantener perfectamente una conversación. El 90% de las veces es para decirme lo mucho que me quiere, "I love you", y que soy su amigo. También sabe dar las gracias, y alguna que otra palabra en español que le he enseñado.
Estos son sólo dos ejemplo. Pero podría contar maravillas de cada uno.
Y ésto sólo se consigue mediante algo esencial: trabajo y sobre todo mucho cariño.
A los niños hay que ponerles normas, hay que decirles "no" paro que entiendan lo valioso que es un "sí", hay que dedicarles horas y esfuerzo, cuidar cada palabra que les dices, tu cara, tus gestos.
Pero el resultado es absolutamente sobrecogedor.
Y se que cuando ésto termine, a parte de pasarlo horrorosamente mal al tener que separarme de ellos, sabré que he participado muy activamente en que estos niños, cuando sean adultos, tengan una vida mejor. Pero sobre todo, les he dado INFANCIA.
Es una satisfacción inmensa.
Y estoy seguro que nunca en mi vida voy a volver a sentir esto.
GRACIAS.